Después de desayunar bien,y de despedirnos de la japonesa que atiende el Albergue,por cierto muy amable,hasta nos lavó y secó la ropa por la noche,salimos sin un final de etapa concreto.El Camino trancurre hasta el bonito pueblo de Viana,entre pistas de tierra casi paralelas a la carretera desde el km.5 aproximadamente,y en continuas ocasiones tuvimos que bajarnos de la bici,en esta parte final de Navarra el recorrido está abandonado para los ciclistas,una pena.
En Viana, es obligada la foto en la pequeña, pero hermosa Plaza de los Fueros,compuesta de la Casa Consistorial,la ex-colegiata de Santa María y una figura de un tipo llamado "El Auroro"( escuchar interesante explicación de los lugareños).
En Logroño,lo que más vale la pena para el "biclista"es el impresionante recorrido de salida,una vez atravesado el centro con todo su tráfico,que transcurre por un parque periurbano llamado La Grajera,con un embalse.
Para comer,nuestro menú peregrino(ver vídeo),paramos en Navarrete,como siempre nos costó levantarnos al finiquitar los "bocatas".Sin más historia llegamos a Nájera,donde por un error de cálculo no decidimos parar,ya que continuaríamos 6 km. más hasta un lugar inhóspito llamado Azofra.
Esta etapa se caracterizó por los pocos km. que hicimos(65) y porque el tiempo, no pasaba en este pueblecito de 300 habitantes.Ese día bajó,por unas horas, la media de edad 60 años en la estadística del lugar.De todas formas lo que interesa,que es el albergue y el bareto para cenar(Bar El Peregrino) estaban bien.Por fin pudimos matar el antojo de unos huevos fritos con patatas y chorizo.
